Lula afirma que la guerra debe discutirse en la ONU, no en el G7

La guerra en Ucrania y la presencia del presidente ucraniano, Volodymir Zelensky, dominaron la cumbre del G7 en Hiroshima, Japón. Durante la rueda de prensa que brindó el presidente Luiz Inácio Lula da Silva antes de volver a Brasil, no fue diferente. El mandatario respondió a las preguntas, hizo algunos comentarios sobre el conflicto, pero al final dijo enfáticamente que el G7 debería servir para debatir otros temas, como la economía y el clima. Y que la guerra debe ser tratada en la ONU. Pero con un Consejo de Seguridad bastante distinto al actual.

“La ONU de 1945 ya no existe. Fue creada para mantener la paz en el mundo, pero no logra hacerlo, porque son los miembros del Consejo de Seguridad los que hacen la guerra, los que no obedecen al propio Consejo. Si funcionara como debería, posiblemente no habría una guerra entre Ucrania y Rusia”, afirmó el presidente. El Consejo de Seguridad es el órgano principal de la ONU, compuesto por 15 miembros, cinco de los cuales son permanentes y tienen poder de veto sobre las resoluciones: Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia.

“Llevo gritando desde 2003”, dijo Lula sobre la reforma del Consejo. “Mucha gente me ha apoyado. Los que nunca me apoyaron fueron EE. UU. y China. En el caso de China, se debe a que no quiere que entre Japón”. Japón, Alemania e Italia formaban el bloque que perdió la Segunda Guerra Mundial. La Organización de las Naciones Unidas se creó tras el fin del conflicto, en 1945, para promover la cooperación internacional, y la conformación de un Consejo de Seguridad tuvo como propósito evitar que se produjera otro conflicto de esta magnitud.

Más gobernanza, menos discursos vacíos

Al inicio de la conferencia de prensa, se le preguntó a Lula por qué el medio ambiente había quedado en un segundo plano en la reunión del G7. El mandatario respondió con una crítica a quienes no cumplen lo acordado. “Los discursos se hacen más para el electorado de cada país que para respetar la naturaleza”, afirmó. Lula enumeró algunas de las reuniones climáticas más importantes, como las de Kioto y París, y preguntó en tono irónico: “¿Cuántas cumplieron [lo pactado]?”. Luego defendió la creación de una gobernanza global fuerte, que obligue a los países a cumplir con lo tratado en las reuniones, y que establezca sanciones a quienes no lo hagan. “De lo contrario, cuando uno regresa a su país, el Congreso [Nacional] no aprueba [el cumplimiento de las metas estipuladas] y las cosas no se efectivizan”.

De este punto en adelante, la guerra prácticamente dominó la rueda de prensa. Se preguntó más de una vez por qué no se había concretado la conversación agendada con Zelensky. Lula afirmó que aceptó la solicitud de un encuentro bilateral, pero alegó que el mandatario ucraniano no se presentó a la hora prevista. Dijo que usó el tiempo para otra reunión y que una hora más tarde Zelensky todavía no se había presentado, por lo que se canceló el encuentro.

“Ambos creen que pueden ganar”

El presidente brasileño afirmó que está dispuesto a hablar tanto con Zelensky como con el ruso Vladimir Putin, pero que primero deben estar dispuestos a negociar para poner fin al conflicto. “Ni Putin ni Zelensky están hablando de paz en este momento, ambos creen que pueden ganar. Pero la paz solo es posible si ambas partes la quieren”, declaró.

“Todos condenamos la ocupación territorial de Ucrania, tiene razón al defender su territorio… ¿Pero cuánto durará esto?”, preguntó Lula. “Lo que queremos, primero, es que los ataques se detengan, porque no sirve de nada construir algo de afuera hacia adentro. Nadie tiene un modelo ya hecho [de un acuerdo de paz]. El modelo lo tienen ellos [los países en guerra]”.

“Uno quiere la rendición del otro. Y la rendición no es negociación”, opinó Lula. “Por ahora, ambos están convencidos de que ganarán la guerra”.

Consultado sobre si perdió puntos como posible mediador del acuerdo de paz por no haberse reunido con Zelensky, Lula dijo que no lucha por ser mediador y que esta figura tiene que ser alguien con quien ambas partes estén de acuerdo. “Mi temor es que las cosas evolucionen hacia un conflicto con armas más fuertes”, dijo el presidente brasileño, quien mencionó la bomba atómica en Hiroshima que “Estados Unidos lanzó sin preguntarle a nadie”.

En un raro momento en que le preguntaron por otro tema, en este caso la relación con China, el principal socio comercial de Brasil, el mandatario afirmó que desde hace mucho tiempo defiende el comercio con monedas locales. “No tiene sentido usar el dólar para todo. El problema es que muchas veces el pequeño empresario no confía en la moneda de su país, por lo que prefiere hacerlo en dólares”. Lula también dijo que espera que el banco de los BRICS creara su propia moneda, como el euro.

Argentina

Lula aprovechó para mencionar a Argentina, el tercer principal socio comercial de Brasil (después de EE.UU.), y dijo que conversó con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, sobre la crisis económica del país vecino, agravada por la sequía que destruyó gran parte de la producción agrícola nacional. “No debemos presionar a Argentina. Hay que darle tiempo a Argentina para que se recupere.”

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Antes del encuentro con Kristalina, en la primera sesión de trabajo del G7, Lula ya se había referido a la situación de endeudamiento de Argentina y mencionó que el FMI debe tener en cuenta las consecuencias sociales que pueden causar las políticas de ajuste económico.

“El endeudamiento externo de muchos países, que ha victimizado a Brasil en el pasado y hoy asola a Argentina, es causa de una flagrante y creciente desigualdad, y requiere del Fondo Monetario Internacional un tratamiento que considere las consecuencias sociales de las políticas de ajuste. El desempleo, la pobreza, el hambre, la degradación ambiental, las pandemias y todas las formas de desigualdad y discriminación son problemas que exigen respuestas socialmente responsables”, dijo en su discurso.

Brasil en el mundo

Cuando un asesor intentó terminar la rueda de prensa alegando que el viaje a Brasil es largo, Lula volvió a tomar la palabra, explicó todo el recorrido que haría, informó la duración de todos los tramos aéreos más las conexiones en Alaska y México, y finalmente comentó: “¿Pero ya se terminó? ¡Qué entrevista tan corta!” Un reportero aprovechó la oportunidad y le pidió al presidente que hiciera un balance sobre el G7.

“Me voy de aquí más optimista que nunca, porque la posibilidad de que Brasil forme alianzas sólidas es muy grande. Las personas están muy contentas con el regreso de la democracia en Brasil, con el regreso de Brasil a la escena internacional. Brasil se ha vuelto a civilizar.”

Racismo en el fútbol

En un breve discurso previo a la entrevista, el presidente Lula criticó a los hinchas que el día anterior habían realizado nuevos ataques racistas contra el jugador de fútbol Vini Jr., del Real Madrid, en un partido del Campeonato de España, esta vez en Valencia.

“No puede ser que un chico pobre, que ha ganado en la vida, que posiblemente se está convirtiendo en uno de los mejores jugadores del mundo… sin duda es el mejor del Real Madrid, sea insultado en cada estadio al que asiste. Es importante que la FIFA, la Liga Española y las ligas de otros países tomen medidas, porque no podemos permitir que el fascismo y el racismo se apoderen de los estadios de fútbol.”

Edición: Vivian Virissimo